Le Zappeur n° 6
Número 6 - Diciembre de 2018 Editorial nº 6 Pellizcami y Pellizcame* o pegar a otro de la buena manera Por Valeria Sommer-Dupont “Pellízcami y Pellízcame están en un barco, Pellízcami cae al agua, ¿quién queda?” Ocurre que el modo en que se articula la demanda del Otro deja al sujeto acorralado. Sujetado a una fórmula o prisionero de su fantasma, la única salida parecería ser la de ofrecerse como objeto al Otro: ¡“pellízcame”! ( Pincemoi ). Porque, ¿quién queda una vez “Pellízcami” ha caído al agua? ¿Qué queda? Queda el saldo de una demanda cuya formulación, si la tomamos al nivel del enunciado, deja como única “elección” ser pellizcado. “Pellízcame” aparece entonces como respuesta a esta cuestión que, así formulada, solicita a su destinatario más bien como objeto que como sujeto. Ya que aunque el verbo esté en modo imperativo, el sujeto aparece menos como el autor que como el fiel ejecutor de una orden que le comanda. Se reconoce bien al niño que no