Bibliografía realizada por EL Instituto Psicoanalítico del Niño para su 5ta jornada de estudio NIÑOS VIOLENTOS
Bibliografía evolutiva,
razonada, no exhaustiva, rica e incompleta realizada por El Instituto Psicoanalítico del Niño para su 5ta jornada de
estudio, NIÑOS VIOLENTOS[1]. [2]
Índice
Eje 1: Pasajes
al acto versus loscaminos del decir
Eje 2: El niño
violento y su partenaire
Eje 3: El cuerpo
tomadopor la cosa violenta
Eje 4: Violencia
sin causa, no sin consecuencias
Eje 5: Síntoma y
otros remiendos
Eje 6: Rostros
de la rebeldía
Eje
1: Pasajes al acto versus los caminos del decir
FREUD
Estudios
sobre la histeria (Josef Breuer y Sigmund Freud). Volumen 2 (1893-1895). Buenos
Aires. Amorrortu editores, 1992.
<<Pero el ser humano encuentra en el lenguaje un sustituto
de la acción; con su auxilio el afecto puede ser «abreaccíonado» casi de igual
modo. >>, p.34
Presentación
autobiográfica Inhibición, síntoma y angustia ¿Pueden los legos ejercer el
análisis? y otras obras. Volumen
20 (1925-1926). Buenos Aires. Amorrortu editores, 1992.
<<Es verdad que en el comienzo fue la acción, la palabra
vino después; pero en muchos respectos fue un progreso cultural que la acción
se atemperara en la palabra>>, p. 176
Contribución a la
historia del movimiento psicoanalítico Trabajos sobre metapsicología y otras
obras. Volumen 14 (1914-1916). Buenos
Aires. Amorrortu editores, 1992.
<<El factor cuantitativo de la agencia representante
de pulsión tiene tres destinos posibles, como nos lo enseña una ojeada
panorámica a las experiencias que nos ha brindado el psicoanálisis: La pulsión
es sofocada por completo, de suerte que nada se descubre de ella, o sale a la
luz como un afecto coloreado cualitativamente de algún modo, o se muda en
angustia. Las dos últimas posibilidades nos ponen frente a la tarea de
discernir como un nuevo destino de pulsión la trasposición de las energías
psíquicas de las pulsiones en afectos y, muy particularmente, en angustia
>>, p. 148
JACQUES
LACAN
Introducción
al comentario de Jean Hyppolite sobre la Verneinung
de Freud. Escritos 1. Buenos Aires. Siglo XXI, 2008.
<< No sabemos acaso que en los confines donde la
palabra dimite empieza el dominio de la violencia, y que reina ya allí, incluso
sin que se la provoque? >>, p. 356
La
agresividad en psicoanálisis. Escritos 1. Buenos Aires. Siglo XXI, 2008.
<<El dialogo parece en sí mismo constituir una
renuncia a la agresividad; la filosofía desde Sócrates ha puesto siempre en él
su esperanza de hacer triunfar la vía racional. Y sin embargo desde los tiempos
en que Trasímaco hizo su salida demente al principio del gran diálogo de La República, el fracaso de la
dialéctica verbal no ha hecho sino demostrarse con harta frecuencia. […]
Particularmente le será pronto manifiesta, y además confirmada, la abstención
del analista de responderle en ningún plan de consejo o de proyecto. […] Ciertamente,
en una más insondable exigencia del corazón, es la participación en su mal lo
que el enfermo espera de nosotros. Pero es la reacción hostil la que guía
nuestra prudencia y la que inspiraba ya a Freud su puesta en guardia contra
toda tentación de jugar al profeta. Sólo los santos están lo bastante
desprendidos de la más profunda de las pasiones comunes para evitar los
contragolpes agresivos de la caridad. […] Por lo demás, cómo asombramos de esas
reacciones, nosotros que denunciamos los resortes agresivos escondidos en todas
las actividades llamadas filantrópicas. >>, p. 111 – 112
<< Pero imagínese, para comprendernos, lo que
sucedería en un paciente que viese en su analista una réplica exacta de sí
mismo. Todo el mundo siente que el exceso de tensión agresiva constituiría tal
obstáculo a la manifestación de la transferencia que su efecto útil sólo podría
producirse con la mayor lentitud, y es lo que sucede en ciertos análisis de
finalidad didáctica. Si la imaginamos, en caso extremo, vivida según el modo de
extrañeza propio de las aprehensiones del doble,
esa situación desencadenaría una angustia incontrolable. >>, p. 114
<<La tendencia agresiva se revela fundamental en
cierta de estados significativos de la personalidad, que son las psicosis
paranoides y paranoicas. He subrayado en mis trabajos que se podía coordinar
por su seriación estrictamente paralela la calidad de la reacción agresiva que
puede esperarse de tal forma de paranoia con la etapa de la génesis mental
representada por el delirio sintomático de esa misma forma. Relación que
aparece aún más profunda cuando […] el acto agresivo resuelve la construcción
delirante. Así se seria de manera continua la reacción agresiva, desde la
explosión brutal tanto como inmotivada del acto, a través de toda la gama de
las formas de las beligerancia, hasta la guerra fría de las de las
demostraciones interpretativas, paralelamente a las imputaciones de la
nocividad que, para no hablar del kakón oscuro
al que el paranoide refiere su discordancia de todo contacto vital, se
superponen desde la motivación, tomada del registro de un organicismo muy
primitivo, del veneno, hasta aquella otra, mágica, del maleficio, telepática,
de la influencia, lesional, de la intrusión física, abusiva, del desvío de la
intención, desposesiva, del robo del secreto, profanatoria, dela violación de
la intimidad, jurídica, del prejuicio, persecutoria, del espionaje y de la
intimidación, prestigiosa, de la difamación y del ataque al honor,
reivindicadora, del daño y de la explotación.>>, p. 115
JACQUES-ALAIN
MILLER
Los cursos
psicoanalíticos de Jacques-Alain Miller. Un esfuerzo de poesía. Buenos Aires,
Paidós, 2016.
<< La práctica del psicoanálisis hizo que Lacan
detestara el hablar para no decir nada, la palabra vacía, o la idea de los
beneficios de la palabra sin freno. […] En el discurso del capitalista, quien
habla es el capitalista, el empresario del deseo insatisfecho. Habla, pero el
síntoma insiste en el sujeto dividido del discurso, que no recupera su
satisfacción. Pero eso, una vez instalado este modo de subjetividad, lo que
sigue no es que el sujeto tome la palabra, sino que ésta quede tomada en
términos del pasaje al acto. Y lacan dice que el síntoma de la conciencia de
clase es lo que permite a Lenin pasar al acto. >>, p. 120
Los cursos
psicoanalíticos de Jacques-Alain Miller. Piezas sueltas. Buenos Aires, Paidós,
2013
<< El universal burocrático obtenido mediante benchmarking siempre se podrá a la
singularidad de la relación terapéutica sostenida por un saber psiquiátrico o
psicoanalítico o psicoterapéutico fundado en una pragmática propia. Cuanto más
se trate el sufrimiento mediante protocolos generalizados, más se manifestará
la unicidad disruptiva de los pasajes al acto. >>, p. 194.
Los autores del Campo Freudiano
Eric Laurent,
<< Los cursos psicoanalíticos de Jacques-Alain Miller. El Otro que no
existe y sus comités de ética. >> Buenos Aires, Paidós, 2005.
<<Y la identificación, su poder, la tensión fecunda
que introduce entre el sujeto y el Otro, se destaca principalmente en la
psicosis; en el pasaje al acto el sujeto ataca lo que se le aparece como el
desorden y, de este modo, se castiga él mismo con el contragolpe social. La
reversión identificadora se presenta allí en su punto máximo. >>, p. 232.
Eje 2: El niño violento y su
partenaire
Pulsiones
y destinos de pulsión. Volumen 14 (1914-1916). Buenos Aires. Amorrortu
editores, 1992.
<< […] tenemos todas las razones para suponer que también las sensaciones de dolor, como otras sensaciones de displacer, desbordan sobre la excitación sexual y producen un estado placentero en aras del cual puede consentirse aún el displacer del dolor. Y una vez que el sentir dolores se ha convertido en una meta masoquista, puede surgir retrogresivamente la meta sádica de infligir dolores; produciéndolos en otro, uno mismo los goza de manera masoquista en la identificación con el objeto que sufre. Desde luego, en ambos casos no se goza el dolor mismo, sino la excitación sexual que lo acompaña, y como sádico esto es particularmente cómodo. El gozar del dolor sería, por tanto, una meta originariamente masoquista, pero que sólo puede devenir meta pulsional en quien es originariamente
sádico. >>, p. 124.
<< Sentimos la «repulsión» del objeto, y lo odiamos; este odio puede después acrecentarse convirtiéndose en la inclinación a agredir al objeto, con el propósito de aniquilarlo. >>, p. 131.
<<Etapas
previas del amar se presentan como metas sexuales provisionales en el curso del
complicado desarrollo de las pulsiones sexuales. Discernimos la primera de
ellas en el incorporar o devorar, una modalidad del amor compatible con la
supresión de la existencia del objeto como algo separado, y que por tanto puede
denominarse ambivalente. […] El odio es, como relación con el objeto, más antiguo que el amor […]. >>, p.
133.
JACQUES
LACAN
La
agresividad en psicoanálisis. Escritos 1. Buenos Aires. Siglo XXI, 2008.
<< Así la agresividad que se manifiesta en las retaliaciones
de palmadas y de golpes no puede considerarse únicamente como una manifestación
lúdica de ejercicio de las fuerzas y de su puesta en juego para detectar el
cuerpo. Debe comprenderse en un orden de coordinación más amplio: el que
subordinará las funciones de posturas tónicas y de tensión vegetativa a una
relatividad social cuya prevalencia ha subrayado notablemente un Wallon en la
constitución expresiva de las emociones humanas. >>, p. 116
<< Es esta captación por la imago de la forma humana, más que una einfühlung cuya ausencia se demuestra de todas las maneras en la
primera infancia, la que entre los seis meses y los dos años y medio domina
toda la dialéctica del comportamiento del niño en presencia de su semejante.
Durante todo ese periodo se registrarán las reacciones emocionales y los
testimonios articulados de un transitivismo normal. El niño que pega dice haber
sido pegado, el que ve caer llora>>, p. 117
<< La experiencia subjetiva debe ser habilitada de pleno
derecho para reconocer el nudo central de la agresividad ambivalente, que
nuestro momento cultural nos da bajo la especie dominante del resentimiento, hasta en sus más arcaicos
aspectos en el niño. Así por haber vivido en un momento semejante y no haber
tenido que sufrir de esa resistencia behaviourista
en el sentido que nos es propio, san Agustín se adelanta al psicoanálisis
al darnos una imagen ejemplar de un comportamiento tal en estos términos: “Vidi ego et expertus sum zelantem parvulum:
nondum loquebatur et intuebatur pallidus amaru aspectu conlactaneum suum”:
“Vi con mis propios ojos y conocí bien a un pequeñuelo presa de los celos. No
hablaba todavía y ya contemplaba, todo pálido y con una mirada envenenada, a su
hermano de leche”. Así anuda imperecederamente, con la etapa infans (de antes de la palabra) de la primera
edad, la situación de absorción espectacular: contemplaba, la reacción
emocional; y con una mirada envenenada, que son las coordenadas psíquicas y
somáticas de la agresividad original. >>, p. 118-119.
Seminario
3, Las psicosis. Buenos Aires, Paidós, 2011.
<< Quisiera
insistir. Cuando le dan una bofetada a un niño, ¡pues bien!, llora, eso se
comprende; sin que nadie reflexione que no es obligatorio que llore. Me acuerdo
de un muchachito que, cuando recibía una bofetada preguntaba: ¿Es una caricia o una cachetada? Si se le
decía que era una cachetada, lloraba, formaba parte de las convenciones, de la
regla del momento, y si era una caricia, estaba encantado. Por cierto, esto no
agota el asunto. Cuando se recibe una bofetada, hay muchas maneras de responder
a ellas además de llorar, se puede devolverla, ofrecer también la otra mejilla,
también se puede decir: Golpea, pero escucha.>>, p. 15-16.
<< Entre niños
pequeños lo que sucede entraña ese transitivismo fundamental que se expresa en
el hecho de que un niño que le pegó a otro puede decir: el otro me pegó. No
miente: él es el otro, literalmente.
[…] El hecho de que el mundo humano esté cubierto de objetos se fundamenta en
que el objeto del interés humano es el objeto del deseo del otro. >>, p.
61.
<< El conocimiento
paranoico es un conocimiento instaurado en la rivalidad de los celos, en el
curso de la identificación primera que intenté definir a partir del estadio del
espejo. Esta base de rivalidad y competencia en el fundamento del objeto es,
precisamente, lo que es superado en la palabra, en la medida en que concierne
al tercero. La palabra es siempre pacto, acuerdo, nos entendemos, estamos de
acuerdo: esto te toca a ti, esto es mío, esto es esto y esto es lo otro. Pero
el carácter agresivo de la competencia primitiva deja su marca en toda especie
de discurso sobre el otro con minúscula, sobre el Otro en cuanto tercero, sobre
el objeto. No por nada testimonio en latín se denomina testis, siempre se testimonia sobre los propios cojones. Siempre
hay compromiso del sujeto y lucha virtual en la cual el organismo está siempre
latente, en todo lo que es del orden del testimonio. >>, p. 61-62.
<< Esto no debe
sombrarlos a partir del momento en que hemos captado la importancia para el
hombre de su imagen especular. Esta imagen es funcionalmente esencial en el
hombre, en tanto le brinda el complemento ortopédico de la insuficiencia
nativa, del desconcierto, o desacuerdo constitutivo, vinculados a la
prematuración del nacimiento. Su unificación nunca será completa porque se hace
precisamente por una vía alienante, bajo la forma de una imagen ajena, que
constituye una función psíquica original. La tensión agresiva de ese yo o el otro está integrada
absolutamente a todo tipo de funcionamiento imaginario en el hombre. >>,
p. 138.
JACQUES-ALAIN
MILLER
Los cursos
psicoanalíticos de Jacques-Alain Miller. Donc. Buenos Aires, Paidós, 2011.
<< […] la ley del corazón, cuando desemboca en el “delirio
de presunción” no se satisface con este círculo. Lo rompe por medio de la
violencia. El esquema permite situar el acto en la locura, la virtud en cierto
sentido resolutoria del acto, vinculada al hecho de que, al ejercer esta
violencia contra el orden, el yo se golpea sí mismo. >>, p.116 – 117
Los cursos
psicoanalíticos de Jacques-Alain Miller. Donc. Buenos Aires, Paidós, 2011.
<< Lacan tituló “La agresividad…” a aquel trabajo porque el
concepto estaba de moda en esa época; en 1948 era la ultimísima moda, llegada
de los Estados Unidos, con la que los herederos de Freud lograban acomodar esta
pulsión de muerte que Freud les había dejado y con la cual no sabían muy bien
qué hacer; entonces, encontraron qué hacer: retraducirla como agresividad.
Lacan nuevamente desarrolla allí el resultado de su abordaje de la psicosis
hecho dos años antes: la estructura paranoica del yo, con la ambivalencia entre
el yo y el otro que la caracteriza – golpear al otro para terminar golpeándose
a sí mismo, golpearse a sí mismo en el movimiento mismo en que se golpea al
otro-, es el “nudo central” – tal es su expresión – que hay que develar en la
experiencia analítica. >>, p. 136
Los cursos psicoanalíticos de Jacques-Alain Miller. Silet. Clase del 2 de
febrero del 1995, inédito. Traducción, Tomás Piotto.
<< El goce no se
sitúa más que a partir del Otro. Lacan opone el modo de goce del Otro y el
propio -por lo que se entenderá, según el contexto, el modo contemporáneo de
goce-, y él da precisiones sobre este "nuestro modo de goce" al
describirlo como precario y como "no situándose más que como
plus-de-goce". […] Para poder
situar nuestro modo de goce en relación al Otro, debemos estar separados de él.
Ahora, lo que podría ser un rasgo del universo contemporáneo es que el Otro
desaparece >>
Los cursos psicoanalíticos de Jacques-Alain Miller. Silet. Clase del 14 de
junio del 1995, inédito. Traducción, Tomás Piotto.
<< La resistencia
[…] Lacan la sitúa esencialmente, dice, no a nivel de la acción, sino a nivel
del objeto. Y agrega – propuesta sobre un gran futuro que deja mucho que
meditar: el objeto aparece “bajo el signo de (la) nada”.
Es lo que podría introducirnos a una clínica de la anorexia, el niño vence su
dependencia del Otro nutriéndose a sí mismo, no de cualquier cosa, ni siquiera
del pecho como objeto parcial del objeto simbólico materno, sino de este objeto como anulado,
alimentándose de nada como objeto>>
<< Esto es
lo que introduce el Seminario IV en relación a la pulsión, a saber, que, en
todos los casos, la pulsión debe pensarse a partir del amor, en tanto que el
amor -relación simbólica- no introduce el objeto nada. >>
Los cursos
psicoanalíticos de Jacques-Alain Miller. La fuga de sentido. Buenos Aires,
Paidós, 2011.
<< Si
ustedes interpretan en el nivel imaginario, hacen desencadenarse efectos de
agresividad, les responden, la cosa termina muy mal y entonces se trata de un
¡sobre todo no hagan eso! La interpretación simbólica trae paz. >>, p.
263
Una lectura del seminario “De un Otro al otro”.
Freudiana, n° 59 mayo-agosto, 2010.
<< Hacer de
la lucha a muerte por el puro prestigio la apuesta de su vida >>
<< El mito
hegeliano, los dos semblantes se enfrentan, se hacen la guerra, tratan de
suprimirse el uno al otro, haciendo cada uno en relación al otro los mismos
movimientos hasta que uno cede frente al otro para proteger su vida. Esta lucha
no tiene una puesta en juego de modo material, es una lucha para saber quién se
afirma como tal, poniendo en riesgo la vida, y quien abandona. >>, p. 22
Post-freudianos
MÉLANIE KLEIN
Biblioteca
fundamental de las ciencias de la psicología. El psicoanálisis de niños. Buenos
Aires, Paidós, 2015.
<< Además de estos juegos cortaba papel haciendo
moldes. Me dijo que eso era “picadillo” y que estaba saliendo sangre del papel,
después de lo cual se estremeció y dijo sentirse mal. En una ocasión habló de
una “ensalada de ojos” y otra vez dijo que había cortado “flecos” de mi nariz.
Expresó otra vez el deseo de morder mi nariz, deseo que había ya expresado en
su primer hora de análisis (en realidad hizo cuanto pudo para realizar este
deseo). […] En su caso, como en el de otros niños, el cortar papel tenía
diversas finalidades. Liberaba impulsos sádicos y canibalísticos y representaba
la destrucción de los genitales de sus padres o de todo el cuerpo de su madre.
Al mismo tiempo, sin embargo, se expresaban sus impulsos reactivos; por
ejemplo, cortando una linda alfombrita, recreaba lo destruido.>>, p. 55.
<< En realidad tenía que fingir que hacía lo que ella
misma había deseado hacer con su madre cuando presenció la relación sexual
entre ella y su padre. Estos impulsos y fantasías sádicas eran el fondo de su
fuerte ansiedad frente a la madre. Repetidamente manifestó temor a una “ladrona
que le sacaría todo de su interior”. >>, p. 57
<< […] esta extraordinaria ruptura con la realidad –
para cuyo fin empleaba también fantasías megalomanías – tenía su origen en el
excesivo temor a los padres, especialmente a la madre. Con el fin de disminuir
ese miedo Erna imaginaba ser una poderosa y severa señora en contra de su
madre, y eso intensificaba su sadismo. >>, p. 61.
<< La acción de un superyó demasiado severo y cruel se
veía en cada uno de los detalles de sus juegos y fantasías, alternando siempre
entre una madre severa que castiga y un niño que odia. Era necesario un
análisis profundo para explicar estas fantasías, idénticas a lo que en los
adultos paranoides conocemos como delirios. >>, p. 62.
DONALD W. WINNICOTT
“Conceptos contemporáneos sobre el desarrollo
adolescente y las inferencias que de ellos se desprenden en lo que respecta a
la educación superior”.Realidad y juego. Barcelona, Gedisa, 1993. [3]
<<Si sus
hijos llegan a encontrarse a sí mismos no se conformarán con encontrar algo, sino
que buscarán la totalidad, y ello incluirá la agresión y los elementos
destructivos que existen en ellos, tanto como los que se pueden denominar
amantes>>
La agresión
(1939)
<<En
segundo lugar, existe el manejo de la agresión provocada por el miedo, la
versión dramatizada de un mundo interior demasiado terrible. La finalidad de la
agresión es encontrar un control y provocar su ejercicio. Es tarea del adulto
impedir que esa agresión vaya demasiado lejos, mediante el ejercicio de una
autoridad segura, dentro de cuyos límites es posible dramatizar y disfrutar
cierto grado de maldad sin peligro. El retiro gradual de esa autoridad
constituye una parte importante en el manejo de adolescentes, los que pueden
ser agrupados según su capacidad para soportar la eliminación de la autoridad
impuesta>>
<<La
agresividad madura no es algo que deba curarse, sino algo que debe observarse y
permitirse. Si resulta inmanejable, nos hacemos a un lado y la ley resuelve la
situación. La ley está aprendiendo mucho ahora sobre la agresión adolescente, y
el país cuenta con ella en tiempos de guerra.>>
Las raíces de la agresión 1964
<<Estos
golpes tempranos inducen al bebé a descubrir el mundo exterior, distinto de su
self, y a empezar a relacionarse con los objetos externos. Por lo tanto, esa
conducta, que pronto será agresiva, al principio es un mero impulso que conduce
a un movimiento y a los comienzos de la exploración del mundo exterior. Siempre
existe este tipo de vínculo entre la agresión y el establecimiento de una
diferenciación neta entre lo que es el self y lo que no es el self.>>
Las raíces de la agresión 1964
<<Oscar
Wilde dijo: "Todo hombre mata lo que ama". Vemos a diario que, junto
con el cariño, debemos esperar el daño. Quienes se dedican al cuidado de los
niños notan que éstos tienden a amar aquello que dañan. Hacer daño es una parte
importante de la vida del niño; el interrogante es: ¿cómo hallará nuestro hijo
el modo de emplear estas fuerzas agresivas en la tarea de vivir, amar, jugar y,
más adelante, trabajar?>>
Eje 3: El cuerpo tomado por la cosa violenta
FREUD
Tres ensayos de teoría sexual
(Freud) (1905) Volumen VII. Amorrortu editores.
<<La sexualidad infantil constituye un ideal pedagógico del cual
el desarrollo del individuo se aparta casi siempre en algunos puntos, y a
menudo en medida considerable. De tiempo en tiempo irrumpe un bloque de
exteriorización sexual que se ha sustraído a la sublimación>>, p.162.
¿Por qué la guerra? (Einstein
y Freud) (1933 [1932]) Volumen 22 (1932-36) Nuevas conferencias de introducción
al psicoanálisis y otras obras. Amorrortu editores.
<< Pues bien;
con algún gasto de especulación hemos arribado a la concepción de que ella
trabaja dentro de todo ser vivo y se afana en producir su descomposición, en
reconducir la vida al estado de la materia inanimada. Merecería con toda
seriedad el nombre de una pulsión de muerte, mientras que las pulsiones
eróticas representan los afanes de la vida>>, p. 194.
Esquema de
psicoanálisis (1940 -1938-) Volumen 23. Amorrortu editores.
<<Tras larga
vacilación y oscilación, nos hemos resuelto a aceptar sólo dos pulsiones
básicas: Eros y pulsión de destrucción. (La oposición entre pulsión de
conservación de sí mismo y de conservación de la especie, así como la otra
entre amor yoico y amor de objeto, se sitúan en el interior del Eros.) La meta
de la primera es producir unidades cada vez más grandes y, así, conservarlas, o
sea, una ligazón {Bindung}; la meta de la otra es, al contrario, disolver nexos
y, así, destruir las cosas del mundo. Respecto de la pulsión de destrucción,
podemos pensar que aparece como su meta última trasportar lo vivo al estado
inorgánico; por eso también la llamamos pulsión de muerte>>, p.146.
<<Ya durante
esta fase «oral» entran en escena, con la aparición de los dientes, unos
impulsos sádicos aislados. Ello ocurre en medida mucho más vasta en la segunda
fase, que llamamos «sádico-anal» porque aquí la satisfacción es buscada en la
agresión y en la función excretoria. Fundamos nuestro derecho a anotar bajo el
rótulo de la libido las aspiraciones agresivas en la concepción de que el
sadismo es una mezcla pulsional de aspiraciones puramente libidinosas con otras
destructivas puras, una mezcla que desde entonces no se cancela más>>, p.
152.
JACQUES LACAN
Seminario 23, El
sinthome. Buenos Aires, Paidós, 2006.
<<A
propósito de Tennyson, de Byron, de cosas que se refieren a los poetas, se
encontró con compañeros dispuestos a atarlo a una alambrada de púas y darle a
él, James Joyce, una paliza. El compañero que dirigía toda la aventura era un
tal Heron, término que no es indiferente, puesto que es el eron. Este Heron, le pegó, pues durante cierto tiempo, ayudado por
algunos otros compañeros.
Después de la
aventura, Joyce se pregunta por lo que hizo que, pasada la cosa, él no
estuviera resentido. Se expresa entonces de una manera muy pertinente, como
puede esperarse de él, quiero decir que metaforiza la relación con su cuerpo.
El constata que todo el asunto se suelta como una cascara, dice.
¿Qué nos indica
esto sino algo que concierne en Joyce a la relación con su cuerpo, relación ya
tan imperfecta en todos los seres humanos? ¿Quién sabe lo que pasa en su
cuerpo? >>, P. 146.
El Seminario, libro XXII, "RSI", lección
del 14 de enero de 1975, Ornicar, No. 3, mayo de 1975.
<< Para el
ser que habla, él está siempre en alguna parte mal situado entre dos y tres
dimensiones. Es precisamente por eso que ustedes me han escuchado producir esto
que es lo mismo, lo mismo que mi nudo, este equívoco sobre dit-mensión que yo
escribo como ustedes saben porque se los he machacado, que yo escribo
dit-mension, mensión del decir […] >>
Seminario 10, La
angustia, Buenos Aires, Paidós, 2011.
<<Por el
contrario, lo que dije del afecto es que no está reprimido; y esto lo dice
también Freud. El afecto está desamarrado, va a la deriva. Se lo encuentra
desplazado, loco, invertido, metabolizado, pero no reprimido Lo que está
reprimido son los significantes que lo amarran. Tal relación del afecto con el
significante requeriría todo un año de teoría de los afectos. Ya en una ocasión
dejé presentarse cómo lo entiendo y lo hice a propósito de la cólera.
La cólera, les dile, es lo que sucede en los
sujetos cuando las clavijitas no entran en los agujeritos. Qué quiere decir
esto? Cuando a nivel del Otro, del significante, es decir siempre más o menos de
la fe y de la buena fe, no se juega yo juego. Esto suscita cólera.>>, p.
23.
JACQUES-ALAIN MILLER
Los cursos
psicoanalíticos de Jacques-Alain Miller. Extimidad. Buenos Aires, Paidós, 2011.
<< Fuera de
significado quiere decir que aún no se lo hizo significar; es como eso con lo
que el sujeto se relaciona antes de toda represión, respecto de lo cual la
represión ya es una elaboración. Para decirlo simplemente, es el termino en
relación con el cual hay una defensa primaria. Y en comparación con esta, la
represión se presenta como una defensa mucho más elaborada. Respecto de esta
realidad muda -así la designa Lacan-, el sujeto se constituye en una relación
patética de afecto primario. >>, p. 40.
Los cursos
psicoanalíticos de Jacques-Alain Miller. Iluminaciones profanas. Clase del 22
de marzo del 2006, inédito. Traducción, Tomás Piotto
<< Lacan trata de deducir [...] cómo el sujeto surge
no del significante, sino de cómo surge a partir de la relación indecible con
el goce [...] se trata de abordar el sujeto incluso más allá de la represión,
es decir en su posición de defensa. Es una orientación preliminar a las
construcciones de la represión. Ahí estamos en el sótano del ser del sujeto.
>>
Los cursos
psicoanalíticos de Jacques-Alain Miller. El lugar y el lazo. Buenos Aires,
Paidós, 2013.
<< Eric Laurent: [...] Las citas que das de Lacan
recuerdan que la teoría de la angustia está correlacionada con la tensión entre
el deseo y el acto. No es incertidumbre en cuanto a la acción, sino que en el
momento en que el sujeto va a pasar al acto está la dimensión de la angustia-
La angustia indica algo de la dimensión de un acto que pone en juego los
valores existenciales más fundamentales para el sujeto. >>, p. 264
<< El Es más
fuerte que yo es la confesión de esa escisión, la conciencia de la misma, y
muestra que la experiencia subjetiva no es la de la unidad supuesta que se
consolida en la voluntad. Si acompañamos esta referencia a la voluntad, cabe
decir que hay presencia de una voluntad diferente que se impone a aquella cuyo
estatus recibe de la conciencia de sí. Por un atajo, digamos que esa voluntad
diferente es la que Freud denomino pulsión
y que Lacan llegó a teorizar como una demanda, lo que finalmente lo llevó a
nombrarla, de un modo más claro, como voluntad
d goce – que es el nombre lacaniano de pulsión. En la pulsión, en lo que
este término freudiano designa, el sujeto tiene la más perturbadora experiencia
de estar sometido a una voluntad diferente a la suya. Lo que llamamos inconsciente, cuya experiencia no
tenemos fácilmente, apenas esboza esa voluntad diferente. Tal es el sentido de
la asociación libre – experiencia que consiste en poner entre paréntesis, para
sentirse sometido toda voluntad diferente de la de decir. Sin duda es una
experiencia de la escisión, aunque no haga presente esa otra voluntad con el
mismo acento que la pulsión. Los sueños también esbozan ese Es más fuerte que yo. >>, p. 297.
DSK* entre Éros et Thanatos»,
Le Point, n°248, mayo del 2011. Traducción en: https://pijamasurf.com/2011/05/dominique-strauss-kahn-entre-eros-y-tanatos/
<<Las cárceles están llenas de esos desgraciados en
quienes la exigencia incondicional de la pulsión no fue taponada, temperada,
frenada, racionada, canalizada a través del desplazamiento, de la sublimación,
de las diversas figuras retóricas, las metáforas y las metonimias, todo ese
sistema de esclusas y diques que constituye la arquitectura de una neurosis
bella y buena. >>
*El caso Strauss-Kahn o affaire Strauss-Kahn fue un caso
judicial en el cual Nafissatou Diallo acusó al economista y político francés
Dominique Strauss-Kahn (DSK), presidente del Fondo Monetario Internacional, de
haberla interceptado el 14 de mayo de 2011 en la suite 2806 del Hotel Sofitel
(Nueva York) donde ella estaba limpiando, golpeándola, intentando violarla y
obligarla a practicarle sexo oral.
Los autores del Campo Freudiano
Eric Laurent,
<< Los cursos psicoanalíticos de Jacques-Alain Miller. El Otro que no
existe y sus comités de ética. >> Buenos Aires, Paidós, 2005.
<<Lacan concluía: “Movimiento que da forma lógica de
toda asimilación “humana”, en cuanto precisamente se plantea como asimiladora
de una barbarie, y que sin embargo reserva la determinación esencial del “yo
[je]””. Esta barbarie se presenta desde el comienzo. En esta comunidad de
adolescentes circula amenazante la sexualidad, que es presencia de una
naturaleza, algo feroz que se anuncia a Törless como capaz de apresarlo, de lacerar
sus ojos. Desde el comienzo Törles se instala en una suerte de tensión erótica
con el Otro, con su camarada, y está la idea de que hay “algo” (entre comillas)
entre él y su compañero Beineberg, a quien en determinado momento desea
ardientemente cubrir de insultos. Cuando se avecina la sexualidad, esta
significación solo se aborda por la forma límite del lenguaje, la injuria, el
insulto, la humillación, el terror. >>, p. 64-65.
Post-freudianos
DONALD W. WINNICOTT
Conceptos
contemporáneos sobre el desarrollo adolescente y las inferencias que de ellos
se desprenden en lo que respecta a la educación superior. Realidad y juego.
Barcelona, Gedisa, 1993.[4]
<<Si en la fantasía del
primer crecimiento hay un contenido de muerte, en la adolescencia el contenido
será de asesinato (…) el crecimiento es intrínsecamente un acto agresivo.>>
<<Si se
quiere que el niño llegue a adulto, ese paso se dará sobre el cadáver del
adulto (Doy por sentado que el lector sabe que me refiero a la fantasía
inconsciente). >>
La agresión
(1939).
<<Si se
piensa en términos de lo que el niño está organizado para soportar, se llega
fácilmente a la conclusión de que el amor y el odio no son experimentados con
mayor violencia por el adulto que por el niño pequeño>>.
Las raíces de la
agresión (1964).
<<La
agresión (…) es una de las dos fuentes principales de energía que posee el
individuo>>
Eje 4: Violencia sin causa, no sin consecuencias
FREUD
Carta de Sigmud Freud a Arthur Schiztler. Mayo 1922. [5]
<<En un pequeño
ensayo escrito en 1920, Más allá del principio del placer, intenté demostrar
que el Eros y la pulsión de muerte son las fuerzas básicas cuya interacción
domina todos los enigmas de la existencia >>
Moisés y la religión monoteísta. Esquema del psicoanálisis y otras obras
(1937-1939). Volumen 23. Buenos Aires, Amorrortu editores, 2001.
<<Nos representamos
un estado inicial de la siguiente manera: la integra energía disponible de
Eros, que desde ahora llamamos libido, está presente en el yo-ello todavía
indiferenciada y sirve para neutralizar las inclinaciones de destrucción
simultáneamente presentes (carecemos de un término análogo a
<<libido>> para la energía de la pulsión de destrucción) [..]
Mientras esta última produce efectos en lo interior como pulsión de muerte,
permanece muda. Solo comparece ante nosotros cuando es vuelta hacia afuera como
pulsión de destrucción […] Retener la agresión es en general insano, produce un
efecto patógeno (mortificación). El tránsito de una agresión impedida hacia una
destrucción de sí mismo por vuelta de la agresión hacia la persona propia suele
ilustrarlo una persona en el ataque de furia, cuando se mesa los cabellos y se
golpea el rostro con los puños en todo lo cual es evidente que ella hubiera
preferido infligir a otro ese tratamiento >>, p. 147-148.
¿Por qué la guerra? (Einstein y Freud) (1933 [1932]) Volumen 22 (1932-36)
Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis y otras obras. Buenos
Aires. Amorrortu editores.
<<Es claro que,
como usted mismo puntualiza, no se trata de eliminar por completo la
inclinación de los hombres a agredir;
puede intentarse desviarla lo bastante para que no deba encontrar su
expresión en la guerra >>, p.195
JACQUES LACAN
Seminario 22, RSI Ornicar, n° 5, dec-janv 75/76
<<Allí nada se
puede, el parl’être no aspira más que al bien, de donde se hunde siempre en lo
peor (pire) >>[6]
<<El nudo borromeo
pone a nuestro alcance esto, crucial para nuestra práctica, que no tenemos
ninguna necesidad de lo microscópico para que aparezca la razón de esta verdad
primera, a saber, que el amor es odioenamoramiento y no velle bonum a licui como
lo enuncia San Agustin. >>
JACQUES-ALAIN
MILLER
Los cursos
psicoanalíticos de Jacques-Alain Miller. El banquete de los analistas. Buenos
Aires, Paidós, 2000.
“Lacan dice bien que el
insulto es la primer palabra y la última del dialogo. Es en el insulto que el
lenguaje tiene consecuencias. Es el insulto quien te hace reaccionar”
<< Lacan subraya
muy bien que es [el insulto] la primera y la última palabra, porque cuando la Ilíada se cierra con la muerte de Héctor
– debida al hecho de que Aquiles volvió al combate -, ¿qué tiene Aquiles para
Héctor sino insultos? Empieza por decirle “ser inolvidable” y termina
llamándolo “insensato, perro!”. En efecto, la Ilíada comienza y termina con insultos >>, p.98
<< En realidad, la
fórmula del insulto aparece cuando en el desfallecimiento del Otro como lugar
del significante (A/) emerge el ser del sujeto como a, y entonces surge del fondo de la lengua un significante que
intenta atrapar precisamente el momento de lo indecible. Por eso este epíteto,
el epíteto fosilizado, apunta a decir lo propio de un sujeto. Y por eso el odio
es uno de los caminos del ser >>, p. 106
-Nada es más humano que el crimen. Virtualia 18, octubre 2008.[7]
<<Hay un matar del
ser humano que es legal. La civilización supone un derecho de matar al ser humano.
Matar legalmente supone agregar algunas palabras al matar salvaje, un encuadre
institucional, una red significante, que transforme el matar, la significación
misma de la acción mortífera. Si se hace de la buena forma, si se introducen
los buenos semblantes, “matar” no es más un asesinato sino un acto legal. Los
significantes, las palabras, los encuadres, el ritual, transforman la acción
mortífera. >>, p. 3
<<Un derecho
inspirado en el psicoanálisis tomaría en cuenta la distinción entre lo
verdadero y lo real, que lo verdadero nunca logra a recubrir a lo real.”[…]”
Este derecho también tomaría en cuenta que el sujeto constituye una
discontinuidad en la causalidad objetiva, que nunca se puede recomponer
totalmente la causalidad objetiva de un acto subjetivo. Deberían saber hacer
con la opacidad que resta. >> p. 4
Eje 5: Síntoma y
otros remiendos
FREUD
El chiste y su
relación con lo inconsciente. Volumen 8 (1905). Buenos Aires.Amorrortu
editores, 1991.
<<Por fin se vuelve aquí palpable el servicio que el chiste presta a su tendencia. Posibilita la satisfacción de una pulsión (concupiscente u hostil) contra un obstáculo que se interpone en el camino; rodea este obstáculo y así extrae placer de una fuente que se había vuelto inasequible por obra de aquel.>>, p. 95.
<<Por fin se vuelve aquí palpable el servicio que el chiste presta a su tendencia. Posibilita la satisfacción de una pulsión (concupiscente u hostil) contra un obstáculo que se interpone en el camino; rodea este obstáculo y así extrae placer de una fuente que se había vuelto inasequible por obra de aquel.>>, p. 95.
Tótem y tabú y otras
obras. Volumen 13 (1913-1914). Buenos Aires.Amorrortu editores, 1991.
<<La conducta del niño hacia el animal es muy parecida
a la del primitivo. […] La fobia recae por regla general sobre animales hacia
los cuales el niño había mostrado hasta entonces un interés particularmente
vivo, y nada tiene que ver con el animal individual. La opción entre los
animales que pueden volverse objeto de la fobia no es grande en las condiciones
de la vida urbana; caballos, perros, gatos, rara vez pájaros, con llamativa
frecuencia animales muy pequeños, como escarabajos y mariposas. Muchas veces,
animales de los que el niño sólo ha tomado conocimiento por los libros
ilustrados y los cuentos se vuelven objeto de la angustia disparatada y desmedida
que se muestra en estas fobias; […] “[…] en el análisis casi siempre se las
puede desenmascarar como un desplazamiento de la angustia, desde uno de los
progenitores al animal.”>>, p. 129-130-131.
<< Hace poco publiqué el «Análisis de la fobia de un
niño de cinco años» (1909), cuyo material fue puesto a mi disposición por el
padre del pequeño paciente. Era una angustia ante el caballo, a consecuencia de
la cual el niño se rehusaba a andar por la calle. Exteriorizaba el temor de que
el caballo entrara en la habitación y lo mordiera. Se averiguó que sería el
castigo por su deseo de que el caballo se cayera (muriera). Después que
mediante reaseguramientos se le quitó al muchacho la angustia ante el padre, le
ocurrió batallar con deseos cuyo contenido era la ausencia (viaje, muerte) del
padre. Según lo dejaba conocer de manera hipernítida, sentía al padre como un
competidor en el favor de la madre, a quien se dirigían en oscuras vislumbres
sus deseos sexuales en germen.>>, p. 131.
<< El odio [al padre] proveniente de la rivalidad por
la madre no puede difundirse desinhibido en la vida anímica del niño: tiene que
luchar con la ternura y admiración que desde siempre le suscitó esa misma
persona; el niño se encuentra en una actitud de sentimiento de sentido doble
—ambivalente— hacia su padre, y en ese conflicto de ambivalencia se procura un
alivio si desplaza sus sentimientos hostiles y angustiados sobre un subrogado
del padre.>>, p. 132.
JACQUES LACAN
Seminario 3, Las
psicosis. Buenos Aires, Paidós, 2011.
<< El complejo de Edipo significa que la relación
imaginaria, conflictual, incestuosa en sí misma, está prometida al conflicto y
a la ruina. Para que el ser humano pueda establecer la relación más natural, la
del macho a la hembra, es necesario que intervenga un tercero, que sea la
imagen de algo logrado, el modelo de una armonía. No es decir suficiente: hace
falta una ley, una cadena, un orden simbólico, la intervención del orden de la
palabra, es decir del padre.>>, p. 139.
Seminario 4, La
relación de objeto. Buenos Aires, Paidós, 2008.
<< Es bien sabido, sin embargo, que la agresión puede
ser provocada por cualquier otro sentimiento y que en absoluto se excluye, por
ejemplo, que un sentimiento de amor esté en el origen de una reacción agresiva.
En cuanto a decir que una reacción como la ironía, por ejemplo, es agresiva por
naturaleza, no me parece compatible con algo que todo el mundo sabe, que lejos
de ser una reacción agresiva la ironía es, ante todo, una forma de
interrogación, una modalidad de pregunta. >>, p. 32.
Seminario 6, El deseo
y su interpretación. Buenos Aires, Paidós, 2014.
<< Aquí está en juego un elemento esencial, y ésta es
una primera diferencia, en la hebra, con respecto a la fabulación fundamental,
primera, del drama de Edipo. Edipo no sabe. Cuando sabe todo, el drama se
desencadena, lo cual llega hasta su autocastigo, es decir, hasta la liquidación
de la situación por parte de él mismo. Pero el crimen edípico es cometido sin
darse cuenta. En Hamlet, el crimen
edípico es sabido, y sabido por su víctima, la cual aparece para darlo a
conocer al sujeto. >>, p. 268.
Seminario 22, «RSI»,
lección del 18 de febrero de 1975. Extracto de la lección publicada en
Ornicar? n°4. Traducción de la cita al
español, Tomás Piotto
<<Hay coherencia, hay consistencia entre el síntoma y
el inconsciente. Yo definí el síntoma por la manera en que cada uno goza del
Inconsciente en tanto que el Inconsciente lo determina.>>
Seminario 23, El
sinthome. Buenos Aires, Paidós, 2006.
<< Vale la pena detenerse en esto. ¿Qué Joyce sea e
escritor por excelencia del enigma no sería la consecuencia del ensamblaje tan
mal hecho de este ego, de función enigmática, de función reparatoria? >>,
p 151.
JACQUES-ALAIN MILLER
Los cursos
psicoanalíticos de Jacques-Alain Miller. El Otro que no existe y sus comités de
ética. Buenos Aires, Paidós, 2005.
<< En la especie humana, la necesidad, el no cesa de
escribirse, se escribe como síntoma. No hay relación susceptible de
establecerse entre dos individuos de la especie que no pase por la vía del
síntoma, el cual en este caso más que obstáculo es mediación, lo que permite a
Lacan a identificar a veces el partenaire con el síntoma. >>, p. 326-327.
Los cursos
psicoanalíticos de Jacques-Alain Miller. Un esfuerzo de poesía. Buenos Aires,
Paidós, 2016.
<< Lacan extrae dos consecuencias del paso freudiano:
la primera es que vuelve precario que alguien conozca bien su paño, y la
segunda es que vuelve falso que alguien se reconozca en él. Y deduce el alcance
que, para otros discursos, tienen estas consecuencias articuladas según las
practicas del psicoanálisis –que ningún sujeto se reconoce en el síntoma, que
el síntoma es una formación. Esto arruina los esfuerzos por construir un sujeto
de la historia que esté a la altura de sus tareas. ¿Quién conocería bien el
paño? ¿El revolucionario profesional, o el graduado en ciencias políticas, o el
miembro del Partido, sin importar qué forma tome, incluida la del filósofo
político o la del sabio?, p. 120-121.
<<Nota paso a
paso - sublimación = escabel - >>,
Cf. Lacan Jacques, Seminario 23, El sinthome. Buenos Aires, Paidós, 2006.
<< El sinthoma
roule es el síntoma desnudado en su estructura y en su real, el madaquin es el sinthome elevado al semblante, vuelto maniquí, y velado por las sublimaciones
disponibles en la tienda de los accesorios: el ser y su esplendor, lo
verdadero, lo bueno, lo bello, etc.
<< A menudo Lacan nombró el medio elevatorio de la sublimación como operación ascensional con el término hegeliano muy conocido Aufhebung. En su escritorio “Joyce el Síntoma” le da el nombre más expresivo de “escabel” (AÉ, pp. 565-570).
El escabel hace hincapié en el cuerpo. Asimismo, Lacan designa el sinthome como “acontecimiento corporal” (ibid., p. 569), cuando definía el síntoma freudiano como “verdad” (E1, pp. 224 y 225). Joyce, “hereje”, partidario del sinthome-rueda-cuando-te-empujo, “priva al sinthome de su madaquinismo” (p.15). Pero esto no le impide querer treparse con su sinthome al “l’ SK beau” de la obra de arte >>, p.204.
<< A menudo Lacan nombró el medio elevatorio de la sublimación como operación ascensional con el término hegeliano muy conocido Aufhebung. En su escritorio “Joyce el Síntoma” le da el nombre más expresivo de “escabel” (AÉ, pp. 565-570).
El escabel hace hincapié en el cuerpo. Asimismo, Lacan designa el sinthome como “acontecimiento corporal” (ibid., p. 569), cuando definía el síntoma freudiano como “verdad” (E1, pp. 224 y 225). Joyce, “hereje”, partidario del sinthome-rueda-cuando-te-empujo, “priva al sinthome de su madaquinismo” (p.15). Pero esto no le impide querer treparse con su sinthome al “l’ SK beau” de la obra de arte >>, p.204.
<< No, la sabiduría del sinthome no es la resignación a la falta ni el retorno a cero ni la
homeostasis de la existencia estable de lo universal bajo la férula del
principio del placer. Ni el Libro de la Sabiduría ni Hegel ni Husserl ni Quine,
sino más bien Joyce, como lo había visto tan claramente el joven Derrida.
La sabiduría Joyceana es más bien una “filosofía” (p. 126). Consiste para cada uno en servirse de su sinthome, de la singularidad de su pretendida “minusvalía psíquica”, para lo mejor y para lo peor, sin aplastar su relieve bajo un common sense. >>, p.237.
La sabiduría Joyceana es más bien una “filosofía” (p. 126). Consiste para cada uno en servirse de su sinthome, de la singularidad de su pretendida “minusvalía psíquica”, para lo mejor y para lo peor, sin aplastar su relieve bajo un common sense. >>, p.237.
Los autores del Campo Freudiano
Eric Laurent.,
<< Los cursos psicoanalíticos de Jacques-Alain Miller. El Otro que no
existe y sus comités de ética. >> Buenos Aires, Paidós, 2005.
<<La solución de Törless plantea que hay un reverso
del mundo, que es inconmensurable. Si se quiere, es como el punto de inflexión
del plano proyectivo, que siempre produce fisura, nos hace bascular de un lado
o del otro, y de nada sirve la comparación. Esta solución es el reverso del
psicoanálisis, es un olvido de sí, que construye la obra misma, la distancia
que logró tomar Musil respecto de lo que atravesó. No es el camino
psicoanalítico, pero es lo que encontró y que lo dejó con respecto al lenguaje,
con respecto al Otro, en una posición de sátira que anuncia la primera parte de
Elhombre sin atributos. >>, p. 68.
Leguil Clotilde., « Présentation », Cf. Freud
S., Totem et Tabou (1912-1913), Paris, Points, 2010.Traducción de las
citas al español, Tomás Piotto
<<¿Por qué
Freud, el inventor del psicoanálisis, también se interesa en el hombre en
estado natural, este hombre que aún no ha sido deformado por la civilización?[…]¿Es porque, al escuchar las palabras de sus pacientes que
sufren por no saber lo que desean, él percibe, como el autor del Discurso sobre el origen de la desigualdad,
que "el estado de la reflexión es un estado en contra de la naturaleza y
que el hombre que medita es un animal depravado "?
Al descubrir que es
la moralidad civilizada la que produce los conflictos psíquicos que empujan a
los individuos a refugiarse en la neurosis,[…] Freud no cree que la
felicidad se pueda encontrar escapando de la civilización. Sin embargo, hay una
filiación subterránea de Rousseau a Freud. Las restricciones que los hombres se
impusieron en la civilización los habrían enfermado.
Sus pensamientos y
sus obsesiones les impedirían actuar. Los síntomas de los neuróticos son tanto
de su propia construcción como de su época.[…] Pero el objetivo de
Freud es nuevo. Se trata de probar la existencia del inconsciente y sus leyes,
tan extrañas desde el punto de vista de la conciencia. Se propone avanzar en la
lucha contra el oscurantismo mostrando a sus contemporáneos que el ser humano
también se encuentra indefenso frente a su propio funcionamiento psíquico, que
él está ante un extranjero que habla una lengua que él no conoce >>, p.
14-16.
<<Tótem y tabú, […] es el esfuerzo de Freud por establecer las coordenadas entre la vida psíquica de los salvajes y la de los neuróticos. Algo de la vida psíquica de los pueblos primitivosrefleja la de los neuróticos, como si los neuróticos, a través de sus síntomas, encontraran una relación con el mundo que era la de los primeros hombres.El punto de vista de Freud no es comparativo: no busca introducir una medida que interprete la neurosis como una regresión a un grado anterior de la civilización. La coherencia que Freud trae a la luz es más bien en honor de los salvajes que nos permite captar el significado de los síntomas neuróticos. […] Así, la vida psíquica de los salvajes nos ofrece, en cierto modo, el espectáculo del inconsciente a cielo abierto. >>, p. 17.
Eje 6: Rostros de la rebeldía
FREUD
¿Por qué la guerra?
(Einstein y Freud) (1933 [1932]) Volumen 22 (1932-36) Nuevas conferencias de
introducción al psicoanálisis y otras obras. Buenos Aires. Amorrortu editores.
<<Entonces el derecho de la comunidad se convierte en
la expresión de las desiguales relaciones de poder que imperan en su seno; las
leyes son hechas por los dominadores y para ellos, y son escasos los derechos
concedidos a los sometidos. A partir de allí hay en la comunidad dos fuentes de
movimiento en el derecho {Rechtsunruhe}, pero también de su desarrollo. En
primer lugar, los intentos de ciertos individuos entre los dominadores para
elevarse por encima de todas las limitaciones vigentes, vale decir, para
retrogradar del imperio del derecho al de la violencia; y, en segundo lugar,
los continuos empeños de los oprimidos para procurarse más poder y ver
reconocidos esos cambios en la ley, vale decir, para avanzar, al contrario, de
un derecho desparejo a la igualdad de derecho. Esta última corriente se vuelve
particularmente sustantiva cuando en el interior de la comunidad sobrevienen en
efecto desplazamientos en las relaciones de poder, como puede suceder a
consecuencia de variados factores históricos. El derecho puede entonces
adecuarse poco a poco a las nuevas relaciones de poder, o, lo que es más
frecuente, si la clase dominante no está dispuesta a dar razón de ese cambio,
se llega a la sublevación, la guerra civil, esto es, a una cancelación
temporaria del derecho y a nuevas confrontaciones de violencia tras cuyo
desenlace se instituye un nuevo orden de derecho>>, p. 189-190.
El malestar en la cultura (1930 [1929]).
Volumen 21 (1927-31) El porvenir de una ilusión El malestar en la cultura y
otras obras. Amorrortu editores.
<<Lo que en una comunidad humana se agita como
esfuerzo libertario puede ser la rebelión contra una injusticia vigente, en
cuyo caso favorecerá un ulterior desarrollo de la cultura, será conciliable con
esta>>, p. 94
JACQUES LACAN
Acerca de la
causalidad psíquica (1947). Escritos 1. Buenos Aires. Siglo XXI, 2008.
<<Ese desconocimiento se revela en la sublevación
merced a la cual el loco quiere imponer la ley de su corazón a lo que se le
presienta como el desorden del mundo, empresa “insensata”, pero no en el
sentido de que es una falta de adaptación a la vida – fórmula que oímos
corrientemente en nuestros medios, aun cuando la mínima reflexión sobre nuestra
experiencia debe demostrarnos su deshonrosa inanidad -, empresa insensata,
digo, más bien por el hecho de que el sujeto no reconoce en el desorden del
mundo la manifestación misma de su ser actual, y porque lo que experimenta como
ley de su corazón no es más que la imagen invertida, tanto como virtual, de ese
mismo ser. Lo desconoce, pues, por partida doble, y precisamente por desdoblar
su actualidad y su virtualidad. Su ser se halla, por tanto, encerrado en un
círculo, salvo en el momento de romperlo mediante alguna violencia en la que,
al asestar su golpe contra lo que se le presenta como el desorden, se golpea a
sí mismo por vía de rebote social.>>, p. 169-170.
Seminario 10, La angustia, Buenos Aires,
Paidós, 2011.
<<Sea como sea, con toda seguridad, la traducción que
ha sido admitida de triebregung por émoi pulsionnel es ante todo impropia, y
precisamente por la distancia que hay entre la emoción y la turbación. La
turbación es trastorno, caída de potencia, la Regunges estimulación, llamada al desorden, incluso al
motín.>>, p. 21
JACQUES-ALAIN MILLER
Los cursos psicoanalíticos
de Jacques-Alain Miller. El banquete de los analistas. Buenos Aires, Paidós,
2000.
<< Lacan […] no hizo más que traducir una frase de
Freud de “El malestar en la cultura”, en la que refiere el efecto de la
renuncia pulsional sobre la conciencia y, en particular, al hecho de que el
sujeto abandone la satisfacción que le proporciona la pulsión agresiva. Cuando
el sujeto abandona esta satisfacción, el superyó retoma cada fragmento y
aumenta su agresividad contra el yo. Es lo que lacan traduce exactamente. Y es
que solo se es culpable de lo que Freud llama una renuncia pulsional:
paradójicamente, la renuncia pulsional misma nutre la culpabilidad.>>, p.
34
Ironía. www.revconsecuencias.com.ar/ediciones/007/template.php?file=arts/alcances/Ironia.html
<<Para construir esta perspectiva clínica sería
preciso llegar a la ironía infernal del esquizofrénico, aquélla de la que hace
un arma que, dice Lacan, implica la raíz de toda relación social. […] Añado que
es el único sujeto que no se defiende de lo real por medio de lo simbólico […].
La ironía, al contrario, no es del Otro, es del sujeto y va contra el Otro.
¿Qué dice la ironía? Dice que el Otro no existe […].>>
Los cursos
psicoanalíticos de Jacques-Alain Miller. El Otro que no existe y sus comités de
ética. Buenos Aires, Paidós, 2005.
<< La rouspétance
es un término del argot testificado desde comienzos de la Tercera
República, que designa una protesta contra la injusticia, que no se hace en
forma legal, sublimada, sino como una especie de charla malhumorada que implica
una dimensión de estancamiento e impotencia para resistir una fuerza superior
que se impone. Cabe agregar que el rezongón no es el sublevado.>>, p. 100
Los cursos
psicoanalíticos de Jacques-Alain Miller. Iluminaciones profanas. Clase del 1 de
marzo del 2006, inédito. Traducción, Tomás Piotto
<< ¿Cómo dar cuenta de la revuelta [de mayo del 68]?
La verdad está de huelga, ¿cómo hay que entenderlo? Por lo general, ella
funciona para cada uno, el mismo “cada uno” que mencione sobre el síntoma. Y allí
[…], la verdad se detiene para cada uno y ella pasa a locolectivo […]. Así es como en la página 39 del seminario 16
Lacan expresa esto: << Con el peso que la verdad nos impone en cada
momento de nuestra existencia, ¡qué felicidad, por supuesto, no tener con ella
más que una relación colectiva!>> Este es en efecto el gran vertedero de
la verdad con el que ya no tenemos la relación, de alguna forma, sintomal, quefue evocada. Por el
contrario, ahí, la identificación con al colectivo de cada uno, o la
identificación constituyente del colectivo, libera de este peso para cada uno.
[…].Al final, ¿cuál es la verdad de las verdades? Es que, en sociedad, se
renuncia al goce. Esto esta sostenido a partir del orden establecido por un
Otro en mayúsculas.>>
Los cursos
psicoanalíticos de Jacques-Alain Miller. El ultimísimo Lacan. Buenos Aires,
Paidós, 2014.
<< Lacan, piensa entonces la poesía a partir de un
simbólico que estaría incluido en lo imaginario. Viene luego un desarrollo acerca
de la violencia que se ejerce hacia el uso de la lengua que nos permite
entender la oposición entre el sentido, el sentido como imaginario o el sentido
común, y el anclaje y el forzamiento a los que la poesía obliga a ese sentido,
al manipular el significante. Digamos que solo hay poesía por la violencia que
se ejerce sobre el uso común y corriente de la lengua a partir de una
manipulación del significante. Cosa que Lacan llama extrañamente “la
verdad”.>>, p. 176.
Los autores del Campo Freudiano
Zuliani Eric., «Les
insurrections du désir», Malappris, n°10, Publicación on-line del blog Désir ou
Dressage, 14 de septiembre del 2017.Traducción de la cita al español, Tomás Piotto
En 1946, en un artículo sobre la psiquiatría inglesa y los
soldados que presentaron lo que podría llamarse trastornos de la conducta en la
actualidad, el Dr. Lacan hizo esta observación: "[…] no es de una
indocilidad demasiado grande de los individuos de donde vendrán los peligros
del porvenir humano. […]. Al contrario, el creciente desarrollo, en este siglo,
de los medios para actuar sobre el psiquismo, una manipulación concertada de
las imágenes y de las pasiones […] darán lugar a nuevos abusos de poder.” Él
ofrece allí una indicación al practicante del campo psi que quiera orientarse
al darle dignidad a la indocilidad, a la rebelión. Las cuales, podríamos decir,
son formas de nombrar el deseo.
Indócil, sin embargo, no es un diagnóstico, pero nos permite
ver el importante lugar de un no, del rechazo en los sujetos que acogemos. Los
psicólogos de la infancia han descubierto que el no estructura el sujeto cuando
se enuncia sobre el fondo de un consentimiento. ¿Cuándo se vuelve patológico?
Cuando él es un rechazo radical. Incluso en estos casos, el "no"
sigue siendo la expresión de una "insurrección de a" en el sujeto y,
como tal, es el sujeto primero el que está tratando con algo que se niega en
él. Un deseo puede deducirse.>>
Los amigos del campo freudiano
Barthes Roland., «Zazie
y la literatura», Buenos Aires, Seix Barral, Ensayos Críticos, 2003.
<< Zazie quiere su Coca-Cola, su blue-jean, su metro,
solo habla el imperativo o el optativo, y es éste el motivo de que su lenguaje
esté al abrigo de toda irrisión. De este
lenguaje-objeto Zazie emerge de vez en cuando para fijar con su cláusula
asesina [ mi culo] el meta-lenguaje de las personas mayores. […] Frente al
imperativo […] del lenguaje-objeto, su modo principal es el indicativo, especie
de grado cero del acto destinado a representar lo real […]. >>, p.
171-172.
Post-freudianos
DONALD W. WINNICOTT
Las raíces de la agresión (1964).
<<Por de
pronto, está el contraste entre el niño audaz y el tímido. El primero tiende a
lograr el tipo de alivio que proporciona la expresión abierta de la agresión y
la hostilidad; el segundo propende a no encontrar esta agresión en el self,
sino en otra parte, y a asustarse de ella o esperar con aprensión su venida
desde el mundo exterior.>>
<<Si se le
da tiempo para que desarrolle sus procesos de maduración, el bebé podrá ser
destructivo, odiar, patear y berrear, en vez de aniquilar mágicamente ese
mundo. De este modo, la agresión efectiva se considera un logro. Las ideas y la
conducta agresivas adquieren un valor positivo comparadas con la destrucción
mágica, en tanto que el odio se transforma en una señal de civilización, cuando
tenemos presente el proceso global de desarrollo emocional del individuo y, en
particular, sus etapas más tempranas.>>
Conceptos contemporáneos sobre el desarrollo
adolescente y las inferencias que de ellos se desprenden en lo que respecta a
la educación superior.Realidad y juego. Barcelona, Gedisa, 1993.[8]
<Pero las
cosas son muy distintas cuando por política deliberada los adultos delegan la
responsabilidad, por cierto, que hacer tal cosa, puede ser una forma de
traicionar a los hijos en un momento crítico. En términos del juego, o del
juego de la vida, se abdica en el preciso momento en que ellos vienen a matarlo
a uno (…) Ya no tiene sentido la rebelión y el adolescente que triunfa
demasiado temprano resulta presa de su propia trampa, tiene que convertirse en
dictador y esperar a ser muerto, no por una nueva generación de sus propios
hijos, sino por sus hermanos. Como es lógico, trata de dominarlos.>>
ELIAS CANETTI,
<<La lengua salvada>>, Obra completa 3. Barcelona, Debolsillo,
2015.
<<Mi prima Lauracia y yo éramos inseparables
compañeros de juego. […] Un día Lauracia empezó a ir a la escuela […]. Al cabo
de un tiempo volvió con un cuaderno: estaba aprendiendo a leer y escribir. […]
cuando quise tocar el cuaderno ella se puso de repente seria. Dijo que yo no
tenía permiso, que solo ella lo tenía […].
Un día, que nadie en la familia olvidaría jamás, estaba yo como siempre junto al portón esperándola.
- Déjame ver lo que hay escrito – supliqué nada más llegar a Lauracia.
Ella no dijo nada y yo supe que la lucha empezaría de nuevo y que ya nadie podría separarnos. […] Yo fui a cogerlos, ella los retiró y salió corriendo. Desde lejos me enseñó un cuaderno abierto y gritó:
- ¡Eres demasiado pequeño! ¡Aun no sabes leer!
[…] De pronto la dejé allí plantada e hice el largo camino que rodeaba la casa hasta el patio de la cocina para coger el hacha del armenio, con la que quería matarla. >>, p. 56-59
Un día, que nadie en la familia olvidaría jamás, estaba yo como siempre junto al portón esperándola.
- Déjame ver lo que hay escrito – supliqué nada más llegar a Lauracia.
Ella no dijo nada y yo supe que la lucha empezaría de nuevo y que ya nadie podría separarnos. […] Yo fui a cogerlos, ella los retiró y salió corriendo. Desde lejos me enseñó un cuaderno abierto y gritó:
- ¡Eres demasiado pequeño! ¡Aun no sabes leer!
[…] De pronto la dejé allí plantada e hice el largo camino que rodeaba la casa hasta el patio de la cocina para coger el hacha del armenio, con la que quería matarla. >>, p. 56-59
Mircea Cărtărescu,
<< El Mendébil >>, Nostalgia. Madrid, Impedimenta, 2014.
<< Nuestros juegos eran, en ocasiones, crueles y bárbaros. […] Veo todavía hoy a Lută incrustar un clavo, de un solo golpe, en el pecho de un gato dormido. […] Hacíamos lo mismo entre nosotros. Nos perseguíamos todo el día por las laberínticas zanjas del alcantarillado. […] Aquello parecía volvernos locos. […] No sé quién inventó aquel juego que llamábamos Brujitoca, y que jugamos años y años sin llegar a aburrirnos. […] La Brujitoca nos perseguía por aquellos agujeros apestosos y, cuando conseguía pegar a alguno con su palo, lanzaba un aullido terrible. La víctimatenía que quedarse como paralizada. La Brujita lo arrastraba del brazo hasta su guarida; allí le daba en la cabeza un número determinado de coscorrones y, bautizado de esta manera, la presa se transformaba a su vez en Brujitoca. >>, p. 53-54
<< Nuestros juegos eran, en ocasiones, crueles y bárbaros. […] Veo todavía hoy a Lută incrustar un clavo, de un solo golpe, en el pecho de un gato dormido. […] Hacíamos lo mismo entre nosotros. Nos perseguíamos todo el día por las laberínticas zanjas del alcantarillado. […] Aquello parecía volvernos locos. […] No sé quién inventó aquel juego que llamábamos Brujitoca, y que jugamos años y años sin llegar a aburrirnos. […] La Brujitoca nos perseguía por aquellos agujeros apestosos y, cuando conseguía pegar a alguno con su palo, lanzaba un aullido terrible. La víctimatenía que quedarse como paralizada. La Brujita lo arrastraba del brazo hasta su guarida; allí le daba en la cabeza un número determinado de coscorrones y, bautizado de esta manera, la presa se transformaba a su vez en Brujitoca. >>, p. 53-54
André
Gide, << Las cuevas del Vaticano >>, Biblioteca moderna. Buenos
Aires, Argonauta, 1946.
<<- ¿Quién lo vería? – pensaba Lafcadio -. Allí, cerca de mi
mano, bajo mano, esta doble cerradura que puedo abrir cómodamente; esta puerta,
que al ceder de golpe lo dejaría caer hacia adelante; bastaría un leve empujón,
caería en la noche como una masa; ni aun se oiría un grito… Y mañana, camino de
las islas… ¿Quién lo sabría? […]
Fleurissoire no lanzó un grito. Al empujón de Lafcadio y ante el abismo abierto a sus pies hizo un gran esfuerzo para sostenerse, su mano izquierda se agarró al cuadro liso de la portezuela […]. Lafcadio sintió abatirse sobre la nuca una garra horrible; bajó la cabeza y dió un segundo empujón más violento que el primero; las unas le arañaban el cuello, y Fleurissoire no encontró dónde agarrarse más que el sombrero de castor, que asió desesperadamente y arrastró en su caída.>>, p. 164-165
Fleurissoire no lanzó un grito. Al empujón de Lafcadio y ante el abismo abierto a sus pies hizo un gran esfuerzo para sostenerse, su mano izquierda se agarró al cuadro liso de la portezuela […]. Lafcadio sintió abatirse sobre la nuca una garra horrible; bajó la cabeza y dió un segundo empujón más violento que el primero; las unas le arañaban el cuello, y Fleurissoire no encontró dónde agarrarse más que el sombrero de castor, que asió desesperadamente y arrastró en su caída.>>, p. 164-165
[1]http://institut-enfant.fr/bibliographie/
[2]
Localización de las referencias en español por Tomás Piotto, Giuliana
Casagrande, Laura Rotolo.
[3] En
versión pdf on-line http://imago.yolasite.com/resources/WINNICOTT,%20Realidad%20y%20juego.pdf
pagina 119-120
[4] En
versión pdf on-line http://imago.yolasite.com/resources/WINNICOTT,%20Realidad%20y%20juego.pdf
página 120-121
[6]
Inédito en español
[7]http://www.revistavirtualia.com/storage/articulos/pdf/nFnC6P2tfp0cLfh3bTszZwec7bLbbC68H2zcgRJe.pdf
[8] En
versión pdf on-line http://imago.yolasite.com/resources/WINNICOTT,%20Realidad%20y%20juego.pdf
página 122.
[9]Localizadas por Tomás Piotto